Interés Turístico Regional y Algo Mas
TEXTO INTERES TURISTICO
Defensa y alocución de la petición al Principado de Asturias para ser otorgado el grado de fiesta de INTERES TURISTICO REGIONAL
En el corazón de la Cuenca Minera Central, configurándose como la puerta de entrada al Valle del Nalón, encontramos el municipio de Langreo. Un pueblo que en menos de 150 años experimentó una completa transformación, de un conjunto de pequeñas aldeas surgió un importante centro minero e industrial, alterando por completo la esencia del concejo. Los primeros albores de la historia de lo que hoy es Langreo apenas pueden conocerse antes de la conquista de los romanos, pues sus agrestes habitantes, escudados en sus escarpadas montañas y su indómito valor, conservaron con su independencia la ferocidad de los hombres primitivos y no adquirieron la cultura que por entonces tenían los fenicios, griegos y cartagineses. El concejo llegó a ser corte de la monarquía asturiana cuando Aurelio estableció su sede en lo que es hoy San Martín del rey Aurelio, entonces parte de Langreo. En 1705 Alfonso VI realiza una donación de territorios del valle de Langreo a la iglesia de Oviedo, confirmada posteriormente por la reina Urraca, con lo que todo el territorio actual del municipio pasó a ser propiedad de la iglesia de Oviedo. Los infanzones langreanos pleitearon con la Corona por estar en desacuerdo con la denominación episcopal, pero el fallo les fue desfavorable, lo que marcó profundamente la personalidad del municipio. Aparecen en el escudo de Langreo diez yelmos que representan a estos infanzones opuestos desde entonces al poder real.
No fue tarea fácil la de gobernar estas tierras por parte del obispado, por lo que en 1338 fue concedida La Carta Puebla mediante el Fuero de Benavente por petición popular. Ya en 1581 y bajo el reinado de Felipe II, Langreo pasa de ser concejo de Realengo, independiente nuevamente de la iglesia ovetense. Durante la Guerra de la Independencia las tropas napoleónicas incendian la ermita de San Lorenzo y saquean el Santuario de El Carbayu. En enero de 1874, una partida de carlistas sitió Sama de Langreo, incendiando el ayuntamiento y con ello el archivo histórico, motivo por el que se perdió la práctica totalidad de la información sobre Langreo en tiempos pretéritos.
De los núcleos urbanos que conforman el concejo de Langreo, vamos a centrarnos en el núcleo más poblado y de mayor industrialización… La Felguera. Los primeros escritos en los que tenemos constancia de La Felguera se remontan al año 857, en los cuales el Rey Ordoño I dona a la Catedral de Oviedo las iglesias de Santa Eulalia, San Cosme y San Damián, en territorio de Langreo. No sería hasta 1285 cuando aparezca por primera vez el nombre de La Felguera, puesto que esta parroquia se denominaba Turiellos y su advocación era la de Santa Eulalia. Cuenta la leyenda que fue en esta parroquia de Santa Eulalia de Turiellos donde fue aniquilado el ejército del gobernador Munuza tras la batalla de Covadonga. Y que fue precisamente la encomienda hecha por los astures a Santa Eulalia el haber logado derrotar a Munuza.
Las vegas donde hoy se levanta La Felguera eran extensas tierras dedicadas a la ganadería y la agricultura. Es a mediados del S. XVIII cuando comienza la extracción minera, citándose ya el carbón de La Felguera, concretamente el del Candín, en 1771.
En aquel entonces el carbón era trasladado por medio de chalanas que navegaban por el río Nalón. Con la Real Orden de 1829 llega el máximo desarrollo de la actividad carbonífera en Asturias. En 1842 se termina la carretera Carbonera, impulsada por Jovellanos, para comunicar La Felguera con Gijón y trasportar así el carbón de la cuenca minera hasta el puerto gijonés. En el año 1852 se inaugura el Ferrocarril de Langreo, tercera línea férrea de la España peninsular. Durante los primeros años el ferrocarril unía Gijón con la estación de Vega, en La Felguera, ampliándose posteriormente a otros puntos del concejo y del Valle. Son precisamente estas mejoras en las comunicaciones las que atraen a inversores foráneos a mediados del siglo XIX y cuando comienza verdaderamente a desarrollarse la explotación de la hulla. La combinación de la riqueza minera y las aceptables comunicaciones hicieron que Langreo, y en concreto La Felguera resultara atractivo para la instalación de las primeras empresas siderúrgicas de Asturias: Compañía de Asturias (1849), Gil y Cía (1857) y Duro y Cía (1859), siendo esta la más importante. El objetivo de esta empresa era, en palabras de su fundador Don Pedro Duro Benito “establecer en el sitio llamado La Felguera, una fábrica de hierro de altos hornos para la elaboración de hierro”.
A finales del siglo XIX la factoría de La Felguera ya era la siderurgia más importante del país. En 1900 la fábrica pasa a llamarse Sociedad Metalúrgica Duro Felguera S.A. y en 1902 empieza a cotizar en Bolsa. La Felguera experimentó una gran expansión industrial debido a la aparición de empresas subsidiarias surgidas para abastecer a Duro Felguera. Algunos ejemplos son la Fábrica de Ladrillos Refractarios (única en toda España), la Sociedad Ibérica del Nitrógeno, la Cooperativa Eléctrica de Langreo o la Tornillería del Nalón. El paisaje de La Felguera era de chimeneas, altos hornos, talleres… nada tenía que envidiar a cualquier capital de provincia española de la época. Fue también en esta época cuando las empresas, para asegurar una mano de obra estable, y en algunos casos cualificada, comenzó a ejercer una política paternalista que se reflejó en la construcción de viviendas obreras, sanatorios, escuelas o economatos. También trae consigo un avance cultural importante, pues este progreso permitió un acceso a la cultura que hasta entonces no había vivido la sociedad felguerina. Se construyeron teatros, cines, colegios… llegando a ser considerado por la Unesco el punto kilométrico más culto de Europa en el año 1961. Langreo contaba entonces con unos 70.000 habitantes. En octubre del 34 queman la iglesia de La Felguera, para ser definitivamente volada durante la Guerra Civil española. Es con la ayuda económica de Duro Felguera que se reconstruye el templo en magníficas dimensiones y con una decoración excepcional, por ese motivo se decide dedicar el templo al Apóstol San Pedro, en honor a la onomástica del fundador de Duro Felguera. De esta manera la Parroquia de Santa Eulalia de La Felguera pasó a denominarse San Pedro de La Felguera.
En 1908 se celebran las primeras fiestas patronales, y nace la Sociedad de Festejos y Cultura San Pedro de La Felguera. Desde entonces y sin cesar en su labor, esta asociación felguerina lleva a cabo distintas actividades de índole cultural y festivo a lo largo de todo el año:
Las jornadas de la sidra natural y el concurso de escanciadores (1950)
El concurso internacional de relatos (desde 1950)
El concurso internacional de fotografía.
Mercado Tradicional.
Fiestas Patronales y Semana Cultural (desde 1908)
Fiesta gastronómica “Su Excelencia la Fabada” (desde 1980)
Como hemos dicho, esta fiesta gastronómica tiene más de 45.se celebra de forma ininterrumpida y suele tener lugar en torno al segundo fin de semana de diciembre, un poco variable en función del puente de diciembre y de las condiciones de fuerza mayor como vimos en el año 2020 que no se pudieron celebrar por la pandemia.
La celebración comienza con la Presentación de las Jornadas, un acto solemne de Pregón que abre unas jornadas con la alusión explicita al plato estrella de nuestra gastronomía. Muchos han sido los pregoneros que tuvieron la gentileza de compartir este evento con nosotros de la talla de Juan Ramón Lucas, Nacho Manzano o Miguel Ángel Revilla. Entre otros
En este acto se hace entrega de una distinción muy apreciada, el Galardón de la Pota de Oro, galardón que se instauró en el año 1991 para poder premiar una labor incansable del buen hacer del mantenimiento de nuestro plato emblemático. Personas o Entidades que de esta forma contribuyen a dar realce y a perdurar la Fabada.
Durante ese fin de semana son muchos los locales de hostelería que sirven en sus restaurantes y sidrerías el menú de la Fabada, y son muchos los visitantes que se acercan a degustar este plato y disfrutar del pueblo de La Felguera. Podríamos decir, que ese fin de semana las calles de La Felguera huelen a fabes… pues no sólo se cocinan en los restaurantes, también es un motivo de celebración que reúne a familias y amigos en torno a la mesa de su casa para rendir homenaje a este plato tan nuestro.
El último día de las jornadas tiene lugar el Concurso Provincial de Fabada, que empezó siendo una pequeña aportación del saber hacer, para pasar a ser concurso del Valle y terminar siendo lo que hoy es, un Concurso Provincial de gran renombre y prestigio. En este concurso se puede participar con la categoría de particular o de profesional.
Por antigüedad, Por Interés y Por Tradición,
queremos ser la fiesta gastronómica de referencia de la mejor y más exquisita Fabada
cocinada en los fogones ASTURIANOS.